sábado, 3 de marzo de 2012

Confituras de la periferia: DULCE DE MAMÓN

Ir una mañana a la verdulería y detenerse en una fruta nueva, grande, verde, dura. Pasar de largo la vista y conocer unos minutos luego que esa pieza de arte natural es el famoso mamón que comías en la infancia.

Una especie de sensación pícara y suave me recorre. Tengo poco tiempo y el dulce de mamón me llevará demasiado pero saco de mi billetera un poco más del dinero que pensaba gastar y me compro uno de estos ejemplares que llegan a mis manos por azar.

A la hora de buscar la receta, la mejor, más rápida y efectiva que encontré, es la que sigue (evitando la cal característica para preparar estos dulces):

1 kilo de mamón
1 kilo de azúcar (separados en dos tandas de 500g)
agua

Además de esto necesitamos tener paciencia, uun par de horas por día, tres días seguidos, espacio en la cocina y ganas de escuchar una linda música mientras ponemos manos a la obra

Día 1

Pelar con mucho cuidado el mamón y cortar en los tradicionales gajos o bien, como haré yo la próxima vez, en rectángulos grandes. 



Poner una olla grande de agua a hervir y cuando rompa hervor agregar los gajos de mamón por 4 minutos. Preparar un bowl con agua fría para, luego de colarlos, enfriarlos rápidamente. Este proceso de blanqueado evitará que se rompan en la coción posterior y evita usar cal viva.


Día 2

Disponer los trozos de mamón en la olla y agregar el azúcar (500g)





Cubrir con agua los trozos de mamón y luego de 2 horas a fuegoi lento , les va a quedar como resultado algo así:



Puede que necesiten agregar un poco de agua (yo le agregué dos vasos en el curso de esta preparación). No tiene que quedar un almíbar espeso aún... Nos queda un Día 3!!!! Y nos falta la mitad del azúcar, llegados a este punto. También será necesario espumar... Tapar la olla, luego de apagar el fuego y dejar reposar toda la noche.

Día 3

Ya llegamos a la recta final! Ahora nos toca agregar la sgeunda parte del azúcar (500g) y llevar la misma olla a ebullición por 1 hora y media más. Dejar enfriar y enfrascar. Ahora sí obtendremos un almíbar espeso y un color dorado y brillante en los mamones que se irán oscureciendo (y embelleciendo) con el tiempo.


Y luego, a disfrutar con queso de cabra, holanda o cualquier queso de cáscara dura que se preste para combinar el dulce concentrado del mamón en almíbar, con el sabor contrastante del lácteo en cuestión. Et voilá! Así sí que valen los esfuerzos y los viajes gourmets de algunos días.



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Ingredientes golosos para mejorar la receta: