martes, 14 de febrero de 2012

El amor, ese objeto del deseo

14 de febrero. El amor de nuevo entre las palabras que más usa la gente habitante del mundo occidental. Residuos de un santo, exigencias de un día de amor mutuo.

Siempre he amado leer, de manera voraz e imprevista. Me he desplazado por bibliotecas colmadas de libros, he tocado nombres extraños muchas veces, he llorado y he amado con la literatura en mi boca, con la escritura de voces ajenas. Y por eso hoy, en el día del santo del amor, me decido por un pequeño presente hecho de palabras, de exuberancia, de letras elegante, de palabras amatorias a la cocina de la vida.

"El hambre, una sensación extraña, duradera, invariable, sin embargo, casi familiar. Como un invierno que no terminaría. Ese hambre está en mí. No puedo olvidarlo. Pone una luz aguda que me impide olvidar la infancia. Sin ella no habría conservado recuerdos de aquella época, de esos años tan largos, donde faltaba de todo. Ser feliz es no tener que recordar." 




Los invito a leer La música del hambre, del escritor francés J..G. Le Clezio. Y a ser amante de las palabras, de la imaginación lectora, del hambre voraz que nunca nos da un respiro en el recuerdo, que siempre se deja poseer. 


miércoles, 1 de febrero de 2012

Frutas de verano, elogios golosos

El verano pasado comencé mi año junto a una amiga cocinera que vino a la ciudad donde vivo, a visitarme y recuerdo una conversación de aquellos días. De pronto nos vimos juntas comiendo muy ricas frutas de verano y exclamando juntas cuánto nos gustaban todas y cada una.




Fuimos a la feria de mi ciudad y buscamos el mejor de los regalos que encontro mi amiga para llevarse: ciruelas, damascos y duraznos de quinta.



Hay muchas recetas para usar las frutas en general pero las de verano tienen la particularidad de ser más populares y muy refrescantes cuando nos llenamos de ganas de comer o estamos sedientos.




Para los que prefieren los licuados, el ananá, el durazno, las frutillas y el melón, van a la cabecera. También se pueden hacer sopa de melón y pepino, ensaladas con frutas como el durazno o las moras. O bien se pueden prepararconservas para cuando venga el otoño y añoremos algunas de las delicias dulces de esta estación, como pueden ser los higos en conserva, los damascos secos o una rica confitura de melón y manzana.

Cuando estén listos para poner manos a la obra, aquí tienen un poco de inspiración para preparar el paladar y disfrutar de la buena mesa, fresca, colorida y veraniega.